|
archivobael@yahoo.com.ar
:: Comunicado sobre la usurpación y la situación del Archivo El Grupo ARCHIVO-BAEL continua activo trabajando. LEER :: Comunicado de FICEDL (Federación Internacional de Centros de Estudios y Documentación Libertaria). LEER
Archivo Las tribulaciones de la historia, el recambio generacional y la conciencia histórica de algunos compañeros colmaron la casa de documentos, publicaciones y libros que fueron engrosando caóticamente la sede de la FLA. Muchísimas personas han participado en el recorrido de organización, ordenamiento y creación del Archivo y las Bibliotecas: visitantes casuales, militantes, investigadores, simpatizantes, bibliotecarios, archivistas, etc. constituyéndose una mano invisible y una obra colectiva que restableció las condiciones para acceder a la memoria política del anarquismo. La documentación existente en el archivo es de considerable importancia histórica. Esto se verifica por su volumen y por la existencia de material único, por el amplio período que abarca (fines del siglo XIX a nuestros días) y por su extensión geográfica (publicaciones de 44 países); constituyéndose en uno de los archivos anarquistas más importantes del mundo. Todos estos papeles se acumulaban como fondo oscuro de un
pasado oculto y doblemente despreciado. Repudiado y sepultado por la historiografía
oficial –con sus alumbramientos funcionales y sus sombras estratégicas-,
pero también desacreditado por sectores del activismo
que han hostigado la actividad por no verla suficientemente
“popular o revolucionaria”. En el marco de esta doble negación
despreciativa (la del intelectualismo oficial y la del populismo anti-intelectualista)
se desarrolla el Archivo como proyecto de ordenamiento, preservación
y catalogación del material; a los fines de garantizar un libre
acceso a la memoria política del movimiento libertario. Esta re-actualización de la memoria libertaria no
se acomete meramente en el plano “ideológico” donde
se comparan una al lado de la otra las “representaciones históricas”
o los sistemas de ideas cristalizados; donde las voluntades políticas
que animaron la historia se cosifican y los objetos culturales se fetichizan.
Tampoco nos interesa la memoria estática de la nostalgia: ni pasado
trascendental ni retorno al origen. Con esto lo que queremos señalar
es que la historia o la memoria no es buena en sí misma, así
como leer no es saludable en sí mismo; puesto que la memoria puede
devenir trauma, la historia moraleja y la lectura dogma. La Historia puede
ser un elemento deprimente, nostálgico y disciplinador (cuando
no un opio); razón por la cual nos parece una excelente experiencia
fusionar nuestra práctica militante en lo organizativo, con nuestra
actividad reflexiva en la memoria política. Sostenemos con el anarquismo
y el pensamiento libertario una relación intrínseca e inmanente,
un diálogo permanente que es el estímulo de nuestro trabajo
y el horizonte de nuestra construcción. Como diría Sartre,
la experiencias y la memoria política como un para sí de
la libertad; como una herramienta de emancipación social.
|
|